Le asustan los ruidos y también la tranquilidad, le gustan los mimos pero respira en soledad
El vive escondido conversando con su piedad
Se queda en vilo para no tener que soñar y ahuyenta sus ganas, luego se las pone a buscar
Sólo una vez pudo reírse de su contradicción y de volar, como si fuera un pez que ahora camina cumpliendo una misión
Sólo una vez pudo aguantarse de querer existir, logró burlarse del sentido común y de las cosas que no saben morir
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